¿Cómo vencer la pereza?

Venga…reconoce que hay días en los que te encantaría tener un botón al que pudieras pulsar cancelando todas las cosas que tengas que hacer, obligaciones que atender o propósitos que cumplir.

Esos días los tenemos todos, pero hay dos formas de afrontarlos, la que no te va a ayudar a sentirte bien, que es la fácil, o más bien, la cómoda que hacemos por inercia, que consiste en quedarte en la cama, después pasar al sofá para volver a tumbarte o encender la tele sin ver nada en concreto fruto de la desidia y la apatía.

O por el contrario, una alternativa en la que buscas la forma de motivarte para darte una ducha, vestirte y empezar con tu día, haciendo tu rutina, atendiendo tus obligaciones para cumplir con tus propósitos.

Estamos en una situación complicada, tanto por el desgaste de llevar un año con la pandemia, como por el uso de las mascarillas, las restricciones de movilidad, de aforos, junto con el toque de queda. El llevar tanto tiempo en esta situación hace que estemos con menos energía y con menos ganas de hacer cosas, y se que esto es así, porque la gente que me conoce me describe como “Enérgico” y soy el primero que si tuviera muchos días ese “botón de la pereza” lo pulsaría.

Pero la verdad es que ese botón hace que te sientas bien en el momento, porque no haces tus obligaciones, descansas, comes dulces y comida no saludable porque ya te da igual todo…pero al cabo del día cuando analizas lo que has hecho es cuando te sientes mal y el cargo de culpabilidad te abraza.

¿Qué puedes hacer entonces?

Es sencillo, y además se que lo sabes, pero la idea de este artículo es recordártelo para que si algún día te apetece pulsar el “botón de la pereza” no lo hagas. Lo que tienes que hacer es sacar ese día adelante porque sabes que al final del día será diferente tu sensación, será duro empezar pero muy gratificante cuando acabe el día y analices lo que has conseguido.

Y al contrario que con la opción fácil, te sentirás “mal” al comenzar pero en vez de culpabilidad al final del día, tendrás el ego reforzado por haber conseguido cumplir con tus tareas, y disfrutaras de la sensación de no haber cogido el camino fácil, por no mencionar que te librarás de acumular tareas y obligaciones para el día siguiente.

¿Cómo hago mis tareas sin ganas?

Ahora mismo estarás pensando, vale, muy bien, pero cuando no tengo ganas ni de moverme de la cama…¿Cómo lo hago? Pues “paso a paso”. Lo ideal es que te pongas objetivos pequeños, primero levantarte, ducharte y desayunar. Después todos los expertos dicen que te organices las tareas de más aburridas o difíciles a más divertidas y fáciles.
Yo te recomiendo que pruebes y busques cual es la forma que se adapta mejor a ti, porque a mí, por ejemplo, me ayuda hacer primero la tarea que me lleve más tiempo antes, y a veces coincide con que encima es la que más me gusta o es más sencilla y dejo para el final del día la que tardo menos pero es más aburrida. Prueba y sabrás rápido cual te va mejor.

Date recompensas

Que menos que si estás sacando adelante un día difícil y evitas pulsar el “botón de la pereza” te pongas una recompensa en algún momento del día. Desde ver un capítulo de la serie que más te guste, escuchar un poco de música, prepararte tu plato de comida favorito, hacer algo de ejercicio o leer algún libro. El saber que cuando acabes esa tarea tendrás tu recompensa, hará que tengas la motivación de hacerla y que la disfrutes más.

Planifica los días

Es de gran ayuda no ir a la “aventura” tirando de improvisación, ojo, que improvisar es algo necesario y muy útil en muchas ocasiones, pero lo que te recomiendo es que no sea la tónica frecuente en tus días. Utilizar una agenda donde te apuntes lo que vas a hacer cada día y el tiempo que te va a suponer es una herramienta que te ayudará mucho.

Ni que decirte que en esa planificación deben estar tus momentos de ocio, ya que te ayudarán a dar sentido a las obligaciones y te permitirán elegir en que momento descansas para recargar energía o en cuales sabes que te encontrarás mejor y aprovechar para las tareas que creas más energía necesitarás.

Un gran consejo en el que los expertos de gestión del tiempo coinciden es que te dejes siempre un tiempo para situaciones imprevistas. Así si tienes que dedicar tiempo a algo estarás tranquilo/a ya que en tu planificación tendrás un tiempo para atender cosas que puedan surgir de repente. Por ejemplo 2 horas.

Haz ejercicio

Una gran ayuda para activarte en los días más perezosos es hacer algo de ejercicio, y no me refiero a quieras ser la nueva versión de Conan el bárbaro o de Xena la princesa guerrera. Con dar un paseo a ritmo alegre, una clase de pilates, o montar en bici es suficiente. Lo importante es que trabajes tu cuerpo, muevas tus músculos y fortalezcas tus huesos, ya que mejorarás la sensación de cansancio y activarás a tu sistema nervioso central aumentando el nivel de hormonas que te harán sentir mejor a la vez que despejarán tu mente haciendo que seas más productivo/a.

Come bien

La alimentación saludable te ayudará especialmente en los días en los que el cansancio sea más alto, busca comer una gran variedad de alimentos frescos, como las frutas y las verduras que son ricos en vitaminas y minerales que te darán ese impulso extra que necesitas.

El descanso es esencial

Como guinda del pastel es el descanso, presta mucha atención a la calidad del sueño, no tanto a las horas que duermes, que es importante que sean suficientes, pero igual o más, que sean de calidad. Evita los dispositivos electrónicos antes de dormir, intenta no comer demasiado cerca de la hora de acostarte, ni hacer ejercicio intenso ya que esas tres cosas influirán directamente en tu descanso.

Resumen:

Días malos tenemos todos, pero tu puedes con ellos, busca organizarte las tareas, de la forma que se adapte mejor a ti, prueba si primero las difíciles o las fáciles, haz descansos y planifícate recompensas en el día. Mantén un estilo de vida saludable con tu alimentación y haz algo de ejercicio buscando liberar la mente para que esté más descansada al hacer las tareas.

¡A por ello, que si alguien puede eres tú!