El consumo de azúcar en nuestra alimentación diaria está asociado directamente con el elevado incremento de casos de sobrepeso elevado, obesidad o incluso diversos tipos de diabetes, caries, etc…
Es por ello que, aprender a identificarlo y conocer en qué tipo de alimentos está presente es fundamental para mantener a raya nuestra salud.
La OMS recomienda que la ingesta diaria de azúcar no debe superar el 5% de las calorías totales consumidas, unos 20 gramos de azúcar diarios. Por lo tanto, siempre que bajemos de esa cantidad en la medida de lo posible estaremos favoreciendo nuestra salud y disminuyendo considerablemente los riesgos de padecer las enfermedades anteriormente citadas.
Lo que ocurre desafortunadamente es que, la industria alimentaria va por un camino muy diferente, ya que hay muchos vacíos legales con el tema de las etiquetas en los procesados, y estos vacíos legales son aprovechados para ofrecer sus productos y que éstos sean para el paladar lo más agradables posibles y a la vez rebajar los costes por materias primas.
¿Qué crees que utilizan para dar mejor sabor a los productos?
Efectivamente: azúcar (en cualquiera de sus múltiples versiones), sal o grasas (en la mayoría de los casos perjudiciales)
Es por esto que, el consumidor debe asumir la responsabilidad de realizar una compra ética y coherente con su salud y prestar más atención a las características que presentan los alimentos que consume, sobre todo si se trata de alimentos procesados.
¿Conoces las herramientas que están a tu alcance para detectar el azúcar?
El etiquetado de los alimentos es fundamental para identificar los azúcares y cantidades de los mismos.
En primer lugar, debes fijarte en la lista de ingredientes e identificar si esconde azúcares en la composición sabiendo que hay más de cien formas de llamar al azúcar por lo que es relativamente fácil ocultar la cantidad que llevan: jarabes, siropes, todos los productos acabados en -osa, melazas, azúcar de caña, de coco, miel, un largo etcétera ya que la lista puede ser interminable.
Una vez “desenmascarado” el azúcar de la lista de ingredientes, tendrás que ver la cantidad en gramos o en proporción con el resto de ingredientes.
Otra información importante en la que debes fijarte es la composición o valores nutricionales por cada 100 gramos de producto, o por ración. En concreto debemos fijarnos donde nos indica: Hidratos de Carbono “X“, de los cuales son azúcares “Y”, así puedes valorar el porcentaje que ingieres de azúcar o cantidad en un solo producto y lo podrás extrapolar al total de azúcar que consumes en el día realizando las mismas consultas y cálculos para todos los alimentos consumidos, principalmente en el caso de los procesados que suelen ser los perjudiciales.
Resumen:
Intenta siempre que puedas hacer consumo de alimentos no procesados, naturales, los de toda la vida: frutas, verduras, legumbres, lácteos, huevos, frutos secos …. y ve reduciendo los procesados en nuestro día a día, da un paso importante en mejorar tu salud. Y si haces un consumo responsable de los procesados, identifica cuáles son buenos para nuestra tu salud y cuales no…¡ya das un paso de gigante!
¡Así que te animo a que practiques a diario esta regla!: el menor procesado posible y alimentos frescos, a granel y de proximidad en la medida de lo posible y ¡ya me contarás los resultados!