Seguro que has escuchado hablar muchas veces sobre los infartos cerebrales, embolias, trombos en el cerebro o hemorragias. Realmente todos son términos que se utilizan para referirse a un problema sanguíneo en el cerebro y suele expresarse como ACV (accidente cerebro-vascular).

Para referirse a ellos, el término más correcto a nivel médico es el de ictus. Existen varios tipos de ictus en función de sus causas o de la zona del cerebro donde ocurren, pero el problema principal que ocasionan cuando alguien los sufre es que no llega suficiente sangre al cerebro y como consecuencia no llega el oxígeno ni la glucosa a las células cerebrales.

Tipos de ictus.

Ictus isquémicos.

Son los más frecuentes dentro de los ictus y ocurren por una obstrucción en los vasos sanquíneos y pueden ser de dos tipos, la trombosis que es cuando la obstrucción se produce por un coágulo dentro del vaso sanguíneo o la embolia, que es cuando el coágulo se produce en otra parte del cuerpo y se desplaza por el torrente sanguíneo hasta que tapona otro vaso sanguíneo más pequeño.

Si el tiempo de la obstrucción es largo se clasifican dentro de los infartos cerebrales, mientras que si el tiempo de no aportar riego al cerebro no es mucho se denomina AIT (ataque isquémico transitorio).

Ictus hemorrágico.

Los ictus hemorrágicos son menos frecuentes que los isquémicos, pero generalmente más graves y con mayor probabilidad de causar la muerte. En este caso en vez de haber un bloqueo en el vaso sanguíneo, hay una rotura, y eso hace que la sangre entre en el cerebro produciendo un derrame.

Pueden darse dos tipos de derrames, los que se producen dentro del cerebro (intracerebral) generalmente por hipertensión arterial y los que se producen fuera del cerebro (extracerebral) en la mayoría de las ocasiones por un traumatismo.

Al no llegar oxigeno y nutrientes a determinadas zonas del cerebro empiezan a dañarse las células del sistema nervioso central dando lugar a problemas más o menos graves que dependerán del tiempo que esté el cerebro sin recibir riego y de la zona en la que ocurra. Pudiendo si es grave morir células nerviosas del cerebro ocasionando en muchos casos daños irreversibles.

Síntomas del ictus.

ictus acv ¿Qué es un ictus?

Uno de los problemas que tienen los ictus es que se producen de repente por lo que es muy importante acudir al hospital si aparecen de forma clara alguno de estos síntomas:

Perdida de visión.

En muchas ocasiones se produce pérdida de visión en uno de los ojos o en ambos al mismo tiempo de forma repentina.

Problemas al andar.

Si notas que te cuesta mucho caminar de repente, que tu coordinación empieza a fallar, o que pierdes el control de tus movimientos, es importante que lo comuniques a tu médico.

Parálisis.

Si existe un síntoma claro y preocupante, sin duda es éste. Muchas veces antes de darse un episodio de ictus, se produce una parálisis facial, que hace que un lado del rostro no se pueda mover, cueste sonreir, hablar y hacer gestos cotidianos con la cara. En ese momento no dudes en pedir ayuda e ir a urgencias.

Disminución de fuerza.

Otra señal preocupante es cuando se pierde fuera de forma repentina de un brazo o una pierna, incluso de ambas extremidades a la vez y más si son del mismo lado, ya que no sería buena señal.

Dolor de cabeza.

Hay que tener cuidado con la aparición de dolores de cabeza distintos a los que solemos tener, muy intensos, con mareos y vértigos que generen desequilibrios bruscos y más si se suman alguno de los síntomas que te he comentado antes.

Tratamiento.

medico ictus.tratamiento ¿Qué es un ictus?

Farmacológico.

El principal tratamiento que reciben las personas que sufren un ictus es ir al servicio de neurología y allí principalmente se encargan de administrarles fármacos para disolver los trombos que se hayan formado.

Quirúrgico.

Cuando el tratamiento farmacológico no es suficiente, o existe un riego de que se vuelva a repetir el ictus por estrechez de las arterias, se recurre a la cirugía para dilatar las arterias y prevenir que se produzca de nuevo.

Factores de riesgo.

peligro ictus ¿Qué es un ictus?

Existen una serie de causas que se asocian con tener mayores probabilidades de sufrir un ictus, algunas de ellas no las podemos controlar pero la mayoría de ellas si. Te dejo aquí ambas, y como en cada artículo el estilo de vida saludable ayuda a prevenir muchas enfermedades ¡y ésta es otra de la lista!

Ictus anterior.

Evidentemente si has tenido algún episodio de ictus, las probabilidades de poder tener otro son más altas que la de una persona que no lo haya tenido. Por eso, tienes que cuidarte un poco más.

Hipertensión.

La hipertensión es foco de riesgo ante los accidentes cerebro-vasculares, es más, es uno de los más asociados a los ictus. Por lo que te recomiendo que si eres hipertenso, cuides mucho tu salud y busques llevar un estilo de vida activo, hacer ejercicio bajo la supervisión de un profesional y cuidar la alimentación para evitar riesgos.

Enfermedades asociadas.

La obesidad y la diabetes, aumentan el riesgo de padecer un ictus, ya que suelen ir asociadas a problemas de colesterol y como consecuencia van unidos a problemas en las arterias que en muchos casos están taponadas.

Sexo.

No hay grandes diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la incidencia de casos, pero si en cuanto a la mortalidad, siendo más alta en el caso de las mujeres.

Edad.

El riesgo es mucho más alto a partir de los 55 años de edad, pero también se producen casos antes de esos años. Bien es cierto, que a partir de esa mediana edad, el riesgo de que se de se duplica.

Herencia.

Aquí, el reflejo de nuestros padres nos puede dar una idea de si tenemos más o menos probabilidades de sufrirlo. Si ha habido algún caso en tu familia, es importante que te vigiles y de que en caso de aparecer alguno de los síntomas que te he comentado antes, acudas rápidamente al médico.

Prevención.

prevencion ictus ¿Qué es un ictus?

La clave es trabajar sobre los puntos que si tenemos control, que principalmente son:

Dieta.

Busca llevar una dieta saludable, sin ir más lejos en el artículo anterior hablamos sobre ello. Evita niveles altos del colesterol, ya que estar en un peso saludable reduce mucho las probabilidades de tener un ictus.

Ejercicio.

Eso es algo en lo que confío que haces, el moverte, buscar ese paseo a primera hora de la mañana para activar el cuerpo, mejorar la circulación, sentirte mejor y además controlar tu porcentaje de grasa corporal. Intenta dedicarte al cabo del día 30-45 minutos de ejercicio físico. ¡Verás lo bien que te sientes!

Control de la tensión.

Revisa tu tensión arterial en tu farmacia de confianza o médico, para tenerla controlada, más aún si has tenido algún problema relacionado con ella, o si en tu familia hay antecedentes.

Evita el tabaco, el alcohol y las drogas.

Las tres cosas están asociadas con mayores probabilidades de sufrir ictus, por lo que te recomiendo que las evites siempre que puedas. Y en el caso de tomarlas que las disminuyas todo lo que puedas, recuerda que está en juego tu salud.

Resumen.

Principalmente existen dos tipos de ACV (accidentes cerebro-vasculares) conocidos dentro del ámbito sanitario como ictus, los ictus isquémicos y los ictus hemorrágicos. Mientras que los primeros se producen por un trombo o embolia que tapona un vaso sanguíneo evitando que llegue sangre al cerebro, los segundos se producen por una rotura del vaso produciendo una hemorragia. Las consecuencias dependen del tiempo que esté el cerebro sin recibir sangre y por tanto sin tener aporte de oxígeno y de glucosa, sin producir lesiones o siendo leves en casos de poco tiempo sin llevar sangre al cerebro, o graves, permanentes, incluso mortales en el caso de estar un tiempo prolongado sin llevar sangre al cerebro.

Es una enfermedad con mayor mortalidad en las mujeres, aunque afecta también a los hombres. Los síntomas comunes son hormigueos, perdida de sensibilidad facial, visión y fuerza. Los casos aumentan a partir de los 55 años de edad . El componente genético guarda relación con las probabilidades de sufrir ictus, al igual que enfermedades asociadas al corazón, la hipertensión, la diabetes y la obesidad. Por eso la mejor forma de prevenirlo es llevando una dieta saludable, haciendo ejercicio moderado con regularidad y realizándote controles médicos con frecuencia.

Escrito por: Ángel Júdez

Ángel Júdez. Licenciado en ciencias de la actividad física y del deporte.
Nº de colegiado: 64363. (COPLEF Madrid).

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