Normalmente dentro del mundo de la salud y la medicina, los profesionales de salud utilizamos expresiones, ejemplos o inclusive metáforas con el fin de facilitar la explicación y que el paciente tenga una idea aproximada de lo que le ocurre, pero cuando se encuentra una analogía que simplifica mucho la explicación y su uso se extiende “como la pólvora” se corre el riesgo de que se malinterprete la causa del problema o la patología inclusive por el propio profesional de la salud. El ejemplo más claro de esto en las patologías del pie es el: “metatarso hundido o el típico se le ha caído el metatarso”.

¿Por qué se ha desvirtuado tanto esta expresión?

Para entender por qué se ha creado este malentendido, vamos a dar unos conceptos básicos, tradicionalmente se ha estudiado la morfología del pie y se decía que constaba de dos arcos, el longitudinal y el arco transverso. Como podemos observar en la imagen de abajo (cuadrante superior derecho) se aprecia un arco (cada uno de los 5 círculos blancos corresponde al metatarso de cada uno de los 5 dedos del pie), pero esto solo corresponde a la mitad del pie donde empiezan los metatarsianos, no donde acaban que es donde duele.

pie Se me ha caído el metatarso

Ahora lanzo una pregunta: ¿alguno de los lectores acaso tiene los dedos del centro en el aire?, ¿es que sólo pisamos con el metatarsiano del dedo gordo y del 5º dedo? …la respuesta es obvia, ¡todos tenemos todos los dedos en contacto con el suelo! El corte que vemos en la imagen de la resonancia magnética es un corte más o menos en la mitad del pie dónde sí presenta un arco, el cual se va perdiendo hasta que todos el metatarsianos contactan en el suelo.

¿Si el metatarsiano no se hunde, por qué duele el metatarso?

Para empezar, deberíamos explicar qué es un metatarsalgia y para ello para ello vamos a estudiar la etimología de la palabra: metatar– (hace referencia al metatarso, es decir, a la zona delantera del pie donde apoya) y –algia (significa dolor), por lo que como pacientes acudes al podólogo o al médico diciendo que te duele debajo de los dedos y lo único que te hace es traducir a idioma médico lo que le estás comentando. ¿Te suena?, ¿te ha ocurrido esto alguna vez?, por ejemplo que hayas sufrido una lumbalgia o dolor en la zona lumbar…

Para mí como especialista de pie y tobillo esto no se asemeja ni lo más mínimo a un diagnóstico. Cuando un paciente acude con un dolor en el metatarso, lo más frecuente es que el paciente se haya lesionado una estructura (un ligamento, un músculo, el hueso, el nervio, etc…) y como profesionales de la salud debemos encontrar qué estructura o estructuras son las afectadas, qué tipo de lesión presentan y cuáles son los factores de riesgo, ya que esto será lo que haga que el paciente reciba el mejor tratamiento y podamos curar definitivamente este problema para que no vuelva a ocurrir.

¿Son todas las metatarsalgias iguales?

Ni mucho menos, en la medicina cada paciente es un mundo y tenemos que tener en cuenta todas sus variabilidades y antecedentes, pero para ello vamos a valernos de ejemplos que nos van a ayudar a entenderlo mucho mejor.

Ejemplo 1 de metatarsalgia

Nos podemos encontrar con una mujer que lleva 20 años trabajando como azafata y dentro de su indumentaria de trabajo es obligatorio el usar zapato de tacón con punta estrecha y además de ello presenta un antepié más ancho que la media. Cómo síntomas ella nota un dolor en la zona del metatarso y además nota que le dan calambres, le hormiguean e incluso se le duermen los dedos.

Este paciente lo más probable es que tantos años comprimiendo el pie le haya podido crear un neuroma de Morton, que es un engrosamiento del nervio y esto es lo que le provoca el dolor y esas sensaciones extrañas en los dedos.

Ejemplo 2 de metatarsalgia

Paciente que nota el tobillo inestable, a lo largo de su vida ha sufrido de múltiples esguinces de tobillo y esto le ha creado una limitación en el movimiento del tobillo, es decir, la bisagra del tobillo tiene un tope y no le permite hacer el movimiento completo, lo que lo obliga a crear compensaciones y que apoye con más fuerza en el metatarso y esto es lo que le ha llevado a que se lesione la placa plantar.

En el caso de este paciente hay que tratar la zona del metatarso, pero es de mayor importancia mejorar la movilidad de esa bisagra con ejercicios o con fisioterapia.

Ejemplo 3 de metatarsalgia

Paciente diabético de 10 años de evolución al cual hace 2 se le realizó una amputación del dedo gordo por una infección que tuvo y la cual no se pudo controlar (algo muy frecuente en lo que se conoce como “pie diabético”). Este paciente al haber perdido el dedo que nos propulsa durante el despegue del pie del suelo, se altera drásticamente su biomecánica creándole una alteración en el apoyo de los dedos y su consiguiente sobrecarga.

Para este paciente es de vital importancia utilizar una plantilla hecha a medida para compensar el exceso de presión que crea en el metatarso y es sumamente importante que su endocrino y nutricionista controlen los niveles de azúcar en sangre si no queremos que la cosa se ponga más fea.

Mensajes para casa

  • El metatarso no se hunde, todos los dedos están en contacto con el suelo.
  • La metatarsalgia NO es un diagnóstico, eso ya lo sabía el paciente antes de ir a la consulta. ¡Es necesario afinar más el diagnóstico y ver que está dañado!
  • Siempre busca un buen especialista que te explore con detenimiento y que se exprima al máximo porque entiendas que es lo que te ocurre.
  • La individualización del tratamiento es necesaria y esto es lo que nos va a llevar a que nos traten diferentes especialidades (podólogo, fisioterapeuta, médico o licenciado en actividad física).
Escrito por: Alejandro Fernández Gibello

Especialista Cirugía y Biomecánica de Pie y Tobillo.

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